Desde aquí quiero dar la enhorabuena a nuestros compañeros del Sindicato de Trabajadores de Cajastur, STC, confederados dentro de CIC (Confederación de Trabajadores de Crédito), al igual que ASIPA, porque gracias a una acción judicial encabezada por ellos, se ha conseguido tumbar en los tribunales el ERE planteado por Liberbank en 2013, en clara connivencia con UGT y CCOO. No lo digo yo, lo ha dicho el Tribunal Supremo, quien ha considerado que ha existido clara discriminación sindical respecto de los sindicatos minoritarios.
Que los puntos claves de cualquier negociación se tratan fuera de la mesa ya lo damos todos por hecho, pero que además del pasteleo habitual entre la empresa y los sindicatos mayoritarios, se plasme por escrito y se deje al margen al resto de fuerzas sindicales, tiene las consecuencias que tiene, que no son otras que la ilegalidad del acuerdo.
En la inmensa mayoría de las negociaciones laborales, la buena fe por parte de la patronal, brilla por su ausencia, que intentan manipular en reuniones individuales con las secciones sindicales con mayor representación, para conseguir llevarlas a su terreno, y en definitiva, conseguir la mayoría cualificada para que los malditos EREs salgan adelante. Pero en el caso de Liberbank, es que no intentaron ni disimular, pactaron con los dos sindicatos mayoritarios, que repito, eran UGT y CCOO, y directamente convirtieron su pasteleo en acuerdo vinculante para la plantilla.
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